domingo, 13 de marzo de 2011

EL PLAN DE AHORRO:
Según David Taguas, el Lumbreras, presidente de Seopan (Asociación de empresas constructoras): “una medida que no falla para reducir el consumo de energía es un impuesto transitorio sobre el precio del crudo”.  Mira por donde se da la coincidencia de que esa medida tampoco falla para aumentar los beneficios de las grandes empresas y la recaudación fiscal. Al mismo tiempo que convierte el combustible en un artículo de lujo. Un lujo que para muchos españoles  es de primera necesidad. ¡Qué! tiene guasa o no tiene guasa?
El ahorro para los ricos (pobrecitos) se basa en el respaldo al tarifazo eléctrico  mediante decreto, esto no supone ningún ahorro para el español medio, si no que le supone  un aumento hiriente de sus gastos corrientes. Además el tarifazo produce un aumento inusitado de los ya insultantes beneficios de las compañías eléctricas.
El aumento constante de la presión fiscal sobre los más débiles, al tiempo que se relaja la presión sobre las mayores rentas, no supone ningún ahorro para el español medio, más bien un aumento exagerado  de la injusticia social y de la distancia entre ricos y pobres. Más guasa.
A todo esto el gobierno se saca de la chistera su gran medida de ahorro, la limitación de la velocidad máxima a 110 km/h que supone un mínimo ahorro comparado con el derroche de tinta saliva y pegatinas que está produciendo la medida. La subvención para el cambio de neumáticos  de un porcentaje ínfimo de vehículos que circulan por nuestras carreteras, solo puede traducirse en un porcentaje ínfimo de ahorro. Esto ya  es guasa y cachondeo.
Aquí os dejo unas medidas de ahorro real.
-Eliminación por completo de todos los costes relacionados con la casa real y la institución de la monarquía que soporta esta sociedad, aun en tiempos de crisis.
-Eliminación por completo de todos los costes relacionados con el sostenimiento de la Iglesia Católica. A quien exijo que en lugar de tener nuestro dinero, tenga fe, que su dios les proveerá. Al menos eso dicen ellos. La fe se demuestra dejando de robar a los demás.
-Sustitución de la clase política por otra de bajo consumo. Una auditoría contable y otra estructural nos llevaría con toda seguridad a la supresión de cargos políticos duplicados, a la contención de salarios de los cargos políticos, así como de sus jubilaciones; y la reducción masiva de gastos superfluos que tienen lugar  ante la pasividad de la mayoría y el alboroto y escándalo de sólo unos pocos.
A la vista de que la tendencia clara de la política es la de favorecer a las grandes empresas y fortunas, a costa de las clases medias y pobres, me parece que no deberíamos ahorrar ni un solo esfuerzo en levantarnos contra esta pandilla de gestores empresariales que solemos llamar políticos.

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